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El hotel en una grúa

¿Ha pensado cuál sería para usted el significado de vivir la experiencia de una extravagante noche de vértigo en un refugio de altura a todo lujo? Pues en Holanda se puede encontrar la propuesta de un singular modelo de hotel y no con una, sino con dos opciones: hospedarse en una grúa.

El primero de estos originales alojamientos abrió sus puertas en 2003, en la pequeña ciudad de Harlingen, en la provincia de Frisia, al norte del país, construido en una vieja grúa ubicada en el muelle industrial, la cual fue utilizada todavía hasta el año 2001 en las tareas propias del puerto para transportar cargas de madera provenientes de Rusia con destino a Escandinavia.

Luego de dos años de remodelación, entró en servicio, constando únicamente de una lujosa suite para dos personas de muy cuidada decoración y tecnologías de punta, habilitada en lo que fue la sala de mando de la máquina, con acceso al dormitorio a través de dos ascensores: el primero que llega hasta la plataforma situada entre las grandes palas de la grúa y el segundo hasta la habitación.

La grúa, conocida por los lugareños como “cabeza azul”, “la araña” o “El largo William” se eleva 17 metros sobre el muelle, pudiendo ajustarse para girar 360 grados en cualquier dirección con el fin de conseguir las mejores vistas del mar de Wadden, el faro, las ciudad y el puerto. Los precios para dos personas, con el desayuno incluido, van desde 319 euros por noche, hasta los 600 euros que puede llegar a costar la noche de fin de año.




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