THE SHARD

The Shard – La esquirla -, conocida también como Shard of Glass o anteriormente como Shard London Bridge o Shard Bridge Tower, es una pirámide de cristal de 87 pisos con un mirador en el tope, ubicada en Southwark, Londres, Inglaterra, la cual alberga vivien- das, oficinas, un hotel y restaurantes.

Diseñada por el arquitecto italiano Renzo Piano, se construyó entre marzo de 2009 y julio de 2012 sobre una superficie de 110,000 metros cuadrados. La construcción alcanza una altura de 309.7 metros, lo que la convierte en el edificio más alto del Reino Unido.

Los antecedentes

Tras la publicación de un libro blanco del gobierno británico que animaba a construir edificios altos junto a nodos de transporte importantes, en 1998, el empresario londinense Irvine Sellar y sus socios decidieron construir un nuevo rascacielos en logar de las Southwark Towers edificadas en los años setenta. Para ello, en la primavera del año 2000 viajó a Berlín para reunirse con Renzo Piano en un restaurante y se dice que durante la comida, el arquitecto le dio la vuelta al menú y di- bujó una escultura con forma de aguja que emergía del río Támesis.

Después de que la Commission for Architecture and the Built Environment y varios organismos patrimoniales, incluidas la Royal Parks Foundation y English Heritage se opusieran al proyecto, el julio de 2002, el entonces vice primer ministro del Reino Unido, John Prescott ordenó que se llevara a cabo una consulta urbanística, la cual tuvo lugar entre abril y mayo de 2003. El 19 de noviembre de ese año, la oficina del vice primer ministro anunció que se había aprobado el permiso de construcción en virtud de que la torre propuesta era de un diseño excepcional y de la calidad arquitectónica más alta posible.

El proyecto

Para su proyecto, el arquitecto italiano se inspiró en los chapiteles de las iglesias de Londres representados por el pintor veneciano Canaletto, en los mástiles de los veleros y en las líneas de ferrocarriles. Renzo Piano pensaba que la torre sería una presencia delicada y una aportación muy positiva a la silueta urbana de Londres, que recordaría los chapiteles que aparecen en los grabados de la ciudad y propuso un sofisticado acristalamiento, con expresivas fachadas compuestas por paneles angulosos de vidrio que reflejarían el cielo y la luz del sol, de tal manera que la apariencia del edificio cambiaría según el tiempo y las estaciones. Sin embargo, su diseño fue criticado por English Heritage, que afirmó que el edificio sería “un trozo – shard - de cristal que atravesaría el corazón del Londres histórico”. Así nació su nombre.